La retórica del «milagro coreano» continúa con una catarata de datos: entre 1963 y 1995 el PIB se multiplicó por 12; de 1982 a 1997 la producción industrial aumentó el 450% y en 30 años pasaron de ser un país agrario a una potencia industrial que es la segunda constructora naval del mundo, la tercera en electrónica, la quinta en automóviles, la sexta en siderurgia y la décimo segunda exportadora e importadora global. Fue uno de los procesos de desarrollo económico más acelerados que se conozcan.

