Aunque es posible que sólo tuviera en cuenta lo que a él podría apetecerle. Si observarla comer larvas de oruga disminuye su apetito por ese manjar, tal vez esto podría gobernar su elección de lo que va a ofrecerle a continuación. Sin embargo, resulta que contemplarla comer de un plato o del otro no afecta a lo que él mismo elige para sí. Cuando no existe la posibilidad de alimentar a su pareja, escoge entre los dos alimentos en función de sus propias preferencias.