Uno nunca sabe qué cosas pone en marcha, dijo. Nadie puede saberlo. No hay profeta capaz de predecirlo. Las consecuencias de una acción son a menudo bastante distintas de lo que uno pensaba. Asegúrese de que lo que le mueve en el fondo del corazón es lo bastante grande como para contener todos los virajes equivocados, todas las decepciones. ¿Ve usted? No todo tiene ese valor.
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