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«El día que se perdió la cordura».
La vida se compone de momentos fútiles, de insignificantes decisiones tomadas por tu yo particular en cada instante, de manera más o menos meditada, pero siempre es uno quien las toma.
es muy distinto lo que una persona dice que quiere, o lo que una persona necesita, a lo que una persona quiere.
si quieres entender el problema, o al menos, ver su magnitud real, y hacia dónde te llevarán sus consecuencias, solo lo podrás hacer con el paso de los años.
¿Qué es un nombre? Yo estaba enamorado de ella.
Ten una idea, cualquiera, y siempre habrá un grupo de personas que se la crean, por muy infundada que esta sea.

