Sebastián Wachter

25%
Flag icon
»La segunda lección fue algo más perturbadora. Lo que vi en mi padre me hizo entender que todos y cada uno de nosotros guardamos dos mitades, dos extremos que nos impulsan hacia un lado o hacia otro. Que podemos amar con todas nuestras fuerzas algo, pero siempre nos queda una parte oscura esperando despertar.
El día que se perdió la cordura
Rate this book
Clear rating