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¿Cuánto tiempo vas a encogerte ante Dios cuando podrías empezar a amarlo?,
—A veces es necesario que el corazón se rompa para que el alma crezca, hijo.
—A fin de adquirir maestría tienes que destruir gran parte de lo que construyes.
En ese instante descubrió —a pesar suyo— que en su corazón se ocultaba un poder salvaje. Había un lado oscuro en su naturaleza, un sótano bajo la casa de su alma que aún no había visitado, pero cuya existencia siempre había intuido.
Los que se rodean de personas serviles que alaban todo cuanto hacen no perdonan al hombre honrado que les dice la verdad.
Si quieres destacar en un oficio tendrás que convencer al universo de por qué debes ser tú y no otro.
El resentimiento es una jaula y el talento, un ave capturada. Rompe la jaula y deja que el pájaro salga y eche a volar. La arquitectura es un espejo en el que se refleja la armonía invisible y el equilibrio que existen en el universo. Si no albergas esas cualidades en tu corazón, no podrás construir.
Trabajo para rendir cuentas del don que he recibido de Dios. Todos los artesanos y los artistas hacen un pacto con lo divino. ¿Ya has hecho tú el tuyo?
La arquitectura es una conversación con Dios. Y en ningún lugar habla más fuerte que en el centro.
Quien tiene una biblioteca tiene miles de profesores.
Eres como un barco con dos remeros, cada uno remando en una dirección. Aún no has encontrado el centro de tu corazón.
—Cuando dominas un idioma, recibes la llave de un castillo. Lo que encuentres en su interior depende de ti.
La inocencia de la niñez acaba abandonándonos a todos.
—Todo buen profesional, venga de donde venga, es tu maestro.
Les dijo que había tres fuentes de sabiduría de las que todo artesano debía beber en abundancia: los libros, las obras y las carreteras. Leer, practicar y viajar.
Jahan pensó que había dos clases de templos construidos por el hombre: los que aspiraban a alcanzar el cielo y los que querían acercar el cielo a la tierra.
En alguna ocasión había una tercera categoría: los que conseguían ambas cosas. Era el caso de San Pedro. Mientras lo contemplaba, acabando el edificio con la imaginación, tuvo la extraña sensación de que allí también se encontraba el centro del universo.
Llegó a la conclusión de que los aprendices que contemplaban a su maestro como a un progenitor tendían a sobreprotegerlos.
—Sangallo tardó años en finalizar su diseño. Yo he hecho el mío en quince días. Jahan se sorprendió al percibir cierta irritación en su voz. El artista más reverenciado de Roma competía con un fantasma.
Tanta importancia tiene lo que hacemos en la vida? —preguntó muy despacio—. ¿O es lo que no hacemos lo que tiene peso?
«No seas como las tristes almas de aquellos que vivieron sin mancha y sin elogios.»
el secreto de su maestro no radicaba en su resistencia, pues no era resistente, ni en su indestructibilidad, ya que no era indestructible, sino en su habilidad para adaptarse a los cambios y a los desastres, y para reconstruirse una y otra vez a sí mismo y salir de las ruinas.
—Hay cosas que están en mis manos y cosas que no. No puedo impedir que la gente destruya. Lo único que puedo hacer es seguir construyendo.
Poco podía imaginar entonces que el valor de la fe no dependía de lo firme y sólida que era, sino de las veces que uno la perdía y era capaz de recuperarla.
Acudimos a algunas ciudades porque queremos, a otras, porque ellas quieren que acudamos.
«Que el mundo fluya como el agua»,