Chiflando y Aplaudiendo (Spanish Edition)

by Ricardo Carranza

Las personas creen que lo importante siempre está lejos, de lo contrario, nosotros seríamos importantes. Su disgusto por la ciudad se agravaba por la discriminación que sus rasgos indígenas producián en los demás, aunque con el tiempo supo hacer las paces con ello, aceptando que la belleza más honesta son los defectos que se disfrutan como virtud.

Me di cuenta que el futuro nos había alcanzado. Fumar marihuana ahora dependía de si había traído o no el cargador.

Fue entonces que todos volteamos en dirección de la barra, donde se encontraba Cornelio, parado exactamente entre dos baldosas del piso sin tocar ninguna unión. Levantaba con una mano la botella entera mientras entraban tragos y tragos, de boca a boca. Se notaba desde el otro extremo del salón cómo su misma lengua intentaba evitar que entre los tragos se fuera el cadáver del insecto.

Tuvo que retratar a la muerte para poder encontrar lo que quería en la vida.

Su mamá, y tocaya, está en el gran comal usando el calor para hacer que la masa que se hizo tortilla siga su camino para convertirse en tostada.

En este país cada persona tiene más que ensayada su expresión facial para cruzar los retenes: ni tan seria, ni tan sospechosa.

Diana, con una expresión de inocencia e ingenuidad hace una gesto de desaprobación. —Por favor, ¿acaso me culpas a mi de hacer que el cincuenta por ciento de las importaciones de tu empresa vengan de Estados Unidos, para luego alterar las elecciones de todo un país, logrando que un muñeco de cera misógino y antimexicanos se haga presidente, y así hacer que tu empresa se viniera abajo? ¿Todo esto para alterar el destino de tu vida a mi placer? —toma aire para seguir hablando—. Pff... es posible. Su sarcasmo colisiona con mi temperamento.

El aburrimiento llegaba más a menudo a mí que esa frustración que sienten los perfeccionistas cuando no alcanzan la nota deseada. Escogía un disciplina, la practicaba al punto de dominarla, y seguía adelante. Nunca perfeccioné. Nunca supe si atribuir esta conducta a la malaventura por descubrir mi verdadera pasión o una simple obsesión por querer hacerlo todo. En mi cabeza siempre metía la siguiente actividad en la caja de Schrödinger: podía estar tanto mejor como peor.