Si has de despedir alguien, despídelo, pero no le digas que lo pondrás en la calle si pierde o no hace bien las cosas. Si no hago un buen trabajo, me despides y se acabó, pero no me des ultimátums estúpidos. Eres el jefe, así que nadie discute que tengas derecho a echar a quien te apetezca: compórtate como un hombre y en paz.

