Pusimos un pequeño restaurante en el campo de entrenamiento para que los jugadores desayunasen cuando llegaran y comieran después de entrenar: de ese modo estarían juntos y desarrollarían cierto espíritu de equipo. No impusimos nada. Simplemente lo organizamos para los jugadores y lo hicimos atractivo para retenerlos, para que quisieran estar allí.

