¡Cómo necesitamos otra alma a la que aferrarnos, otro cuerpo que nos dé calor! Para descansar y confiar…», y ahora lo repito. ¿Cuántos hombres me quedan aún por conocer? ¿Cuántas nuevas oportunidades tendré? No lo sé. Pero a los diecinueve correré el riesgo y ¡confiaré en que me quedan una o dos oportunidades más!

