¡Ay, qué difícil me resulta identificarme con esto! Pero quizá sea porque soy mujer… puedo llevar una vida más segura que los chicos a los que he conocido y envidiado, criaré a mis hijos y les inculcaré un deseo ardiente y feroz de aprender y de amar la vida, un deseo que yo nunca podré satisfacer del todo, porque no hay tiempo, porque no hay tiempo en absoluto, solo el temor apremiante y desesperado, el tictac del reloj y la nieve que aparece de pronto, cuando apenas ha terminado el verano.

