Este cambio es poderoso y permite modelos más transparentes y sostenibles de intercambio de valor en la economía. Pero también crea desafíos en cuanto a cómo definimos la propiedad, cómo seleccionamos e interactuamos con el contenido ilimitado y cómo nos relacionamos con las plataformas de cada vez mayor alcance que proporcionan estos servicios a escala.