La cuarta revolución industrial tiene la capacidad de robotizar a la humanidad y poner en peligro nuestras fuentes tradicionales de sentido: el trabajo, la comunidad, la familia y la identidad. O podemos utilizar la cuarta revolución industrial para elevar la humanidad a una nueva conciencia colectiva y moral basada en un sentimiento de destino compartido. Nos incumbe a todos asegurarnos de que esto último sea lo que suceda.