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Es el instinto de conservación el que prevalece, no la tendencia a la muerte. De ahí el terror en su forma más pura: el miedo a morir.
Cómplices la pureza moral de los jóvenes católicos con la eficaz crueldad de la policía.
Le dije a mi padre que no quedaba más opción que la venganza.
“Que tu calidad humana no dependa de la calidad de los demás. Si ellos son asesinos, tú no te convertirás en asesino.”
Una generación buscaba desmarcarse de la anterior y al hacerlo retó al rígido statu quo, el cual solo supo responder con violencia y autoritarismo.
El mío es ahora el tiempo de los animales. No importa a qué hora despierte o a qué hora vaya a la cama. El mío es también el tiempo de los fantasmas. En el insomnio se dialoga mejor con ellos, es su momento favorito.
“Entre el dolor y la nada, prefiero el dolor”.
Ser, querido Shakespeare. Siempre ser.
Trato de recordar, pero no puedo. Si hay un infierno es ese: no recordar.
—Podrás sacar al tigre de la selva, pero no podrás sacar la selva de dentro del tigre —acotó Braulio.
Un león no se pregunta a sí mismo si es un león. Es un león.
Amaruq destazó a la loba y comió crudos su carne y su corazón. Comió lobo para convertirse en lobo.
“El sistema corrompe tu punto de vista; la morfina y el LSD te permiten recuperar tu mirada original, tu identidad”,
No nos parecía un pederasta, pero con el alcohol nunca se sabe qué monstruo puede liberarse.
Adicto: apegado a algo, por lo general a una droga o sustancia. Del latín addictus, entregado o adjudicado a. En la antigua Roma, los deudores imposibilitados de cancelar sus pagos eran entregados como esclavos a quienes les debían. Se cree también que eran addictus los esclavos concedidos a un militar después de vencer en una batalla. Un adicto es “un esclavo de”.
Los observas caminar, sonreír, soñar, amar, comer, besar, acariciar, despertar y de pronto te llega la certeza de que todo ello va a desvanecerse en la llovizna de la nada.
Divinidad de los lagos, dime en dónde hallo a mis muertos. Necesito verlos de nuevo. Me quema esta urgencia por reencontrarlos. Me quedé con muchas preguntas, con tanto que decirles.
ven cristo a poner un alto. una secta de asesinos se dedica a defender tu nombre. lo enarbolan como un estandarte de muerte y desolación. lo manosean, lo salpican de sangre ¿o fuiste tú quien dictaminaste las sentencias de muerte? tú, quien predicó sobre el amor y la solidaridad
“La venganza es un acto de precisión.”
“Porque la literatura es búsqueda de lenguajes propios, rompimiento, originalidad,
“Cada quien tiene derecho a tener sus secretos”.
La noche oculta entre nuestras entrañas.
Salvaje. Seré el Salvaje. No me van a detener. Si me he de vengar, me vengaré. Si he de perdonar, perdonaré. Si he de amar, amaré. Si he de renunciar, renunciaré. Si he de pelear, pelearé. Me queda claro que es la vida —no la muerte— la que guiará mis decisiones.
El tinaco como metáfora del saco uterino.
Mi madre mira a la madre del asesino de su hijo y no sabe qué responder. “Las dos perdimos a un hijo”, dice la madre del asesino, “porque para mí el mío está muerto”.
“Lo hizo porque es un enfermo de dios”.
“Mira, lo importante no es si te dice o no la verdad, sino si tú quieres creerle o no.”
Tu dios se asfixia.
El pasado emerge de los subsuelos y arrastrándose como un lagarto pesado y ponzoñoso mordisquea al presente.
Ja! Ese debe ser Simón Bross”,
Quien propaga la muerte queda infecto de muerte.
Eres el llamamiento vivo de que el aborto debe ser permitido.
Las alcantarillas de la moral, las cloacas de los actos secretos.
“La pregunta fundamental que debes hacerte es qué quieres: ¿venganza o justicia?”
“El deseo de venganza envenena el alma, el deseo de justicia la alivia.”
Entendió que para ser libre de verdad debía perdonar. Perdonar para limpiarse de la basura emocional que conlleva la venganza; perdonar para escapar de la ciénaga del resentimiento y la autoconmiseración. Perdonar.
«Antes de emprender tu camino a la venganza, cava dos tumbas.» CONFUCIO