Para Dirac, más allá del problema real que suponía que su teoría del mar estaba en conflicto con la realidad y que requería de mucha imaginación, la clave estaba en encontrar esas partículas de energía negativa. Su ecuación planteaba la existencia de un nuevo tipo de materia, gemela de la materia conocida. Si su ecuación era correcta esas partículas tenían que estar allí.