Por ello que todo el experimento se halla sujeto a un inmaculado vacío, mayor que el del espacio exterior, para evitar que nuestros antiprotones se aniquilen con cualquier partícula que pase por ahí. ¡Ay lo que hacemos por su bienestar! Pero no hay que olvidar que el objetivo final es aparear el antiprotón con el positrón, y con un antiprotón volando a tal velocidad, es difícil capturarlo y detenerlo o rápidamente encontrará con quien aniquilarse. Imagínense al elefante enfurecido, hay que calmarlo antes de meterlo en la jaula. Es más, a tan alta velocidad va a ser imposible enlazar el
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