Comenzaron el viaje 10 billones de protones y ahora solo quedan cien mil antiprotones. Detrás han dejado una colisión con un metal, filtros y lentes, captura, desaceleración y enfriamiento y el acople final a la trampa de antipartículas. ¿No les recuerda un poco a lo que sufren los espermatozoides para fertilizar un óvulo? La realidad es que tiene cierta similitud, solo que no es un óvulo lo que esperan alcanzar sino unirse a uno de los mil millones de positrones que tendrán disponibles.