¿Lo hago bien, lo hago mal? Seguro que cometo errores. Seguro que no empleo las palabras adecuadas y más de una vez he dicho lo que no debía y no quería decir. O hablé cuando tenía que haber callado. O callé cuando tenía que haber hablado. Soy imperfecto como el que más. Con eso y todo, debo cumplir hasta el final de mis días la misión que me ha sido encomendada.