—Me enamoré de ti, sabelotoda, porque eras de los nuestros…, porque no me tuviste miedo y porque decidiste terminar tu victoria espectacular arrojándole ese pedazo de hueso a Amarantha como una jabalina. Entonces, sentí el espíritu de Cassian junto a mí y habría jurado que lo oí decir: Si no te casas con ella, estúpido, me caso yo.

