Estefanía Moreno

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Una brisa nocturna flotó a través de la ventana abierta, me tocó el pelo, me secó el sudor frío. El cielo oscuro me llamaba, las estrellas tan débiles y pequeñas, como motas de escarcha.
Una corte de niebla y furia (Una corte de rosas y espinas, #2)
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