Ya casi estaba llegando —respiraba sin mucho ruido, asustada— cuando una voz femenina, divertida y brillante, dijo detrás de mí…, desde lejos, desde el lugar adonde se hubo ido Rhys en el extremo opuesto del salón: —Eso sí que salió bien… El gruñido de Rhys como respuesta hizo que yo caminase más rápido.

