La famosa carrera anual de escobas de Suecia se remonta al siglo X. Los competidores volaban de Kopparberg a Arjeplog, una distancia de unos 500 kilómetros. La ruta atravesaba una reserva de dragones y el gran trofeo de plata tenía la forma de un hocicorto sueco. En el presente, la carrera es un acontecimiento internacional, y magos de todos los países se congregan en Kopparberg para animar en la línea de salida y se aparecen en Arjeplog, donde aclaman a los supervivientes.

