Juan  Luis  Cordero

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Sólo al principio la compasión, como la morfina, es buena para el enfermo, un remedio, un recurso, pero si no se sabe dosificar como es debido y suprimirla a tiempo, se convierte en un veneno mortal. Con las primeras inyecciones se hace bien, tranquilizan al enfermo y mitigan el dolor. Pero, fatalmente, el organismo, tanto el cuerpo como el alma, posee una tremenda capacidad de adaptación, y así como los nervios necesitan cada vez más morfina, así también el sentimiento necesita cada vez más compasión, y al final resulta más de la que se puede dar. Y llega indefectiblemente el momento, en uno ...more
La impaciencia del corazon
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