Juan  Luis  Cordero

68%
Flag icon
Pero idear algo para alguien que ha lucido una estrella en el cuello ya es harina de otro costal. No, mi querido Hofmiller, los pisos superiores están siempre ocupados. Quien quiere comenzar de paisano, tiene que instalarse abajo, en el sótano, donde no huele precisamente a rosas.
La impaciencia del corazon
Rate this book
Clear rating
Open Preview