Juan  Luis  Cordero

77%
Flag icon
Cuando entonces se volvió hacia mí, me pareció que su rostro había cambiado; quizás era sólo porque la claridad deslumbrante hacía resaltar sus rasgos, pero lo cierto es que por primera vez observé las profundas arrugas de su frente y, en toda su actitud, lo cansado y agotado que estaba aquel hombre. Siempre se ha entregado a los demás, pensé. De repente me pareció mezquina mi intención de huir ante la primera contrariedad, y lo miré con agradecida emoción.
La impaciencia del corazon
Rate this book
Clear rating
Open Preview