Juan  Galindo Mantilla

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La nena le transmitía una alegría y una intimidad que siempre lo calmaba. Ella lo hacía sentirse un hombre como nunca ninguna mujer lo había hecho sentir. Cuando estaba con Mimi se sentía seguro y actuaba con suavidad, sin perder la calma. Jamás estaba perdido estando con su hija. Con el resto del mundo, en cambio, vacilaba inseguro. Salvo cuando estaba trabajando en el taller; si había logrado concentrarse y salir de sí mismo, entonces todo iba bien. Pero con Mimi era mejor porque ella lo aliviaba instantáneamente. Comprendió que había venido para verla pero que ahora había decidido llevarla ...more
La invasión
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