Habían vivido juntos en esa pieza de pensión durante meses sin mayores problemas hasta que en los últimos días algo empezó a pasar y ahora los dos estaban nerviosos y desalentados. En un costado de la pieza había bultos atados con sogas, valijas, un baúl blanco muy viejo, con estampillas alemanas. Iban a tener que actuar pero no se decidían y la inquietud los rondaba mientras tomaban ginebra acodados en la baranda de hierro del balcón oyendo los rumores torvos de la ciudad en la tarde.

