Ni una sola gota de agua llegaba a la frontera con México en la actualidad, daba igual cuánto protestara el país contra el Pacto del Río Colorado y la Ley de Ríos. Los niños de los Estados de los Cárteles crecían y morían pensando que el Colorado no era más que otra leyenda, como el chupacabras de las historias que le contaba a Angel su abuela.