Imagina cuánto más productiva sería una compañía si todos trabajaran hacia una meta común. Imagina una compañía que todos concibieran como suya, donde cada día fuera una oportunidad de mejorar, de hacer algo mejor, de aprender algo nuevo. En cambio, la mayoría de ellas establecen un entorno en el que la gente se ocupa más de politiquerías que de generar beneficios.