Siempre he escuchado que cuando estás a punto de morir, tu vida pasa por delante de tus ojos. Pero lo que no te dicen nunca, es que cuando ves morir a alguien a quien has querido, te resulta doblemente doloroso, porque lo que pasa delante de tus ojos no es una, sino dos vidas que recorrieron juntas una parte del camino.

