Sin embargo, ¡todavía queda tanto por cambiar! Hay que hacer cambios drásticos todos los días, en tus hábitos, en tus rutinas, en tus preferencias y decisiones; cambios en las cosas que nunca dejaste de despreciar acerca de ti mismo, cambios en lo que haces y en lo que no haces… y en lo que no quieres hacer nunca más.

