Si ha experimentado abuso sexual, entiende esto muy bien. La mayoría de los sobrevivientes llega a un lugar en la vida, es posible que no sea hasta la adultez, en el que se sienten compelidos a hablar. A menudo lo que los impulsa es que descubren que no logran tolerar más las consecuencias destructivas del abuso. Así que el sobreviviente se decide a contar. Y, sin embargo, existe una gran barrera para hacerlo. No se encuentran las palabras. «Es mucho más difícil de lo que pensaba». «De todas formas no lo va a creer». «No lo puedo decir porque parecerá real y me va a consumir».

