Hija de la fortuna (Trilogía involuntaria, #1)
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Read between August 7 - August 22, 2021
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Lo que se olvida es como si nunca hubiera sucedido, pero sus recuerdos reales o ilusorios eran muchos y fue como vivir dos veces.
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Cualquier mujer que se comporte con la soberana seguridad de una beldad, acaba por convencer a todo el mundo de que lo es, sostenía.
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si no empezamos por imaginar la sociedad perfecta ¿cómo vamos a crearla?
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quiso morirse allí mismo, derrotada por un sentimiento cortante e indómito como una espada, que le llenaba de sangre caliente la boca y que aun antes de poder formularlo, la oprimía con el peso terrible del amor idealizado.
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—Un día podré sacar a mi madre de ese conventillo —prometió Joaquín en los cuchicheos de la ermita—. Le daré una vida decente, como la que tenía antes de perderlo todo... —No lo perdió todo. Tiene un hijo —replicó Eliza. —Yo fui su desgracia. —La desgracia fue enamorarse de un mal hombre. Tú eres su redención —determinó ella.
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por escrito abría las compuertas de su alma y describía sus sentimientos como un poeta.
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Nada podía perder, puesto que, en todo caso, nada poseía.
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le juraron que preferían mil veces la pobreza irremediable a su lado, que una fortuna ilusoria con el riesgo de perderlo para siempre.
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el empecinamiento es un mal muy fuerte: agarra el cerebro y rompe el corazón. Empecinamientos hay muchos, pero el peor es de amor.
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«El sabio nada desea, no juzga, no hace planes, mantiene su mente abierta y su corazón en paz»,
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el mundo es grande y la vida es larga. Todo es cuestión de atreverse.
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«De poco sirve el conocimiento sin sabiduría y no hay sabiduría sin espiritualidad».
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—Nada es en balde. En la vida no se llega a ninguna parte, Eliza, se camina no más.