La lógica del cuerpo es la siguiente: una porción de pastel de queso, rica en azúcares y grasas, hará que la glucosa en la sangre se dispare. Para evitar entrar en un desagradable coma de azúcar y la extraña (pero nunca bonita) muerte por culpa del pastel, necesitas bajar el nivel de azúcar en la sangre ahora mismo.