calma. Siéntate en una silla con los pies planos en el suelo, o siéntate con las piernas cruzadas sobre un cojín. Mantén la espalda erguida y las manos posadas en el regazo. Es importante que no te muevas cuando meditas, ya que es la base física del autocontrol. Si adviertes el instinto de rascarte una parte del cuerpo, acomodar los brazos o cruzar y descruzar las piernas, intenta ser consciente del deseo sin dejarte llevar por él.