Sorprendentemente, es el perdón, y no la culpabilidad, lo que nos hace ser más responsables. Los investigadores han descubierto que si eres compasivo contigo mismo al cometer un error, tiendes más a responsabilizarte de él que cuando te censuras. También estás más dispuesto a escuchar la opinión y los consejos de los demás y a aprender de la experiencia.

