Si piensas que te estás portando «bien» cuando haces ejercicio y «mal» cuando no lo haces, si vas hoy al gimnasio tenderás más a no ir mañana. Si te dices que te estás portando «bien» por trabajar en un proyecto importante y «mal» por posponerlo, tenderás más a hacer el vago por la tarde si has avanzado en él por la mañana. Es decir, siempre que tengas deseos contrapuestos, portarte bien te da permiso para portarte un poco mal.

