Cualquier fallo puede hacerlos caer en esta espiral. En un estudio un poco truculento, Polivy y Herman trucaron una báscula para que los que estaban a dieta creyeran haber engordado tres kilos. Los participantes se sintieron deprimidos, culpables y decepcionados consigo mismos, pero en lugar de decidir perder peso, recurrieron enseguida a la comida para sentirse mejor.

