Si crees que dejar de fumar te va a costar de aquí un año tanto como el primer día, cuando te habrías arrancado los ojos a cambio de un cigarrillo, es muchísimo más probable que te rindas. Pero si te imaginas que de aquí a un tiempo podrás resistirte al tabaco sin ningún problema, tenderás más a aguantar los primeros días sin fumar, por más duro que sea.