Para entrenar tu fuerza de voluntad, elige cualquier cosa que te cueste. Por ejemplo, si tu meta es ahorrar, sé consciente de tus gastos. O si quieres hacer ejercicio más a menudo, decide hacer por la mañana, antes de ducharte, diez abdominales o flexiones de brazos. Pero aunque lo que hagas como ejercicio no tenga nada que ver con tus metas más importantes, el modelo del músculo del autocontrol sugiere que si usas tu fuerza de voluntad cada día, incluso en cosas banales o sencillas, cada vez tendrás más fuerza de voluntad para alcanzar aquello que tanto te cuesta.