Es una buena noticia para los que quieren retrasar la gratificación. Cualquier cosa que puedas hacer para crear una distancia entre ella, te ayudará a decirle no. Por ejemplo, en un estudio se descubrió que guardar un bote de caramelos en el cajón del escritorio en vez de dejarlo a la vista, reducía en una tercera parte el consumo de caramelos en los oficinistas. Es tan fácil abrir el cajón del escritorio como meter la mano en el bote, pero al no estar a la vista reduce la constante estimulación del deseo. Cuando conoces tus tentaciones, no tenerlas a la vista te ayuda a no claudicar.

