El sentido común nos dice que el mensaje: «Todo el mundo comete algún fallo, no seas demasiado duro contigo mismo», sólo dará permiso para comer más a los que están a dieta. Y, sin embargo, al dejar de sentirse culpables, las jóvenes comieron menos en la prueba de sabor. Quizá creemos que la culpabilidad nos motiva a corregir nuestros errores, pero es una manera más de ceder a una tentación por sentirnos mal.

