El secreto para hacer que esa lista de seis preguntas funcione sin parecer entrometido es comprender que la persona con la que hable se sentirá igual de incómoda que usted. Esa persona quiere hablar de algo interesante y parecer que domina el tema. Su misión consiste en facilitarle la labor. No hay nada más fácil que hablar sobre uno mismo. Yo incluso diría que al 99 por ciento del público le encanta hablar de sí mismo. Cuando formula una pregunta personal a un desconocido, le hace feliz. Su pregunta alivia la presión que genera el silencio incómodo, y pone en marcha la conversación. Lo mejor
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