El mero hecho de imaginar un futuro mejor jaquea la química cerebral y le proporciona hoy una sensación de felicidad. Estar feliz aumenta su grado de energía y le facilita dar pasos hacia la felicidad en el mundo real. Éste es otro de esos casos en los que su imaginación puede influir en el mundo real. No permita que la realidad controle su imaginación. Que su imaginación sea la interfaz de usuario que dirija su realidad.