He descubierto que la manera más eficaz de impedir que la gente intente convencerme es decir «No me interesa». Debería probarlo. No dé la razón por la que no le interesa. Nadie puede decir por qué una cosa tiene interés para unos y no para otros. Contra la falta de interés no hay argumentos que valgan. Repita su falta de interés todas las veces que haga falta para terminar la conversación. Le sorprenderá lo eficaz que es este método. Llevo años usándolo. No hay conversación que se le resista.