Recapitulemos mis habilidades: no dibujo muy bien, domino a medias los negocios, escribo bien pero tampoco tanto, y conocí pronto la Internet. Además, tengo un buen sentido del humor, pero no excepcional. Soy como una gran sopa mediocre. Ninguna de mis habilidades es espectacular, pero cuando se combinan habilidades mediocres se convierten en una fuerza poderosa de mercado.