Su cerebro recibe algunas de sus indicaciones de lo que haga su cuerpo. Mi experiencia me dice que cuando me siento en una postura que asocio con la relajación, como arrellanarme en el sofá, mi cerebro iniciará la subrutina de relajación perezosa. Pero si me siento en una buena postura, con los dos pies en el suelo, parece que mi cuerpo le indique a mi cerebro que es la hora de concentrarse en el trabajo.