Bendigo a Dios porque nuestra salvación no depende en absoluto de nuestras propias obras. Somos salvos por gracia, no por obras de justicia, por fe, sin las obras de la ley. Pero no quisiera nunca que algún creyente olvidara por un momento que nuestro sentido de ser salvos depende de nuestra manera de vivir. La inconsistencia empañará su vista y pondrá nubes entre usted y el sol. El sol es el mismo detrás de las nubes, pero usted no podrá ver su resplandor y disfrutar de su calor, y su alma estará sombría y fría. Es en la senda del bien hacer, en donde lo visitará la fuente de luz y brillará
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