Por no “calcular el costo”, incontables hijos de Israel murieron miserablemente en el desierto entre Egipto y Canaán. Dejaron Egipto llenos de entusiasmo y fervor, como si nada pudiera detenerlos. Sin embargo, cuando encontraron peligros y dificultades en el camino, su aparente valentía pronto desapareció. Nunca se detuvieron a pensar en las dificultades.