Admito sin problema que cuesta poco ser meramente un cristiano en lo exterior. Uno no tiene más que asistir a una iglesia dos veces los domingos y ser tolerablemente moral durante la semana para ser todo lo religioso que son miles de personas a su alrededor. Todo esto es barato y no requiere gran esfuerzo: No requiere nada de negarse a sí mismo ni sacrificarse. Si éste es el cristianismo salvador que nos llevará al cielo cuando muramos, tenemos que cambiar la descripción que hace la Biblia del camino de la vida y escribir: “¡Ancha es la puerta y amplio el camino que lleva al cielo!”.